En primer lugar, damos las Gracias a Dios que nos ha guiado al Islam y nos ha enseñado la sabiduría y el Corán, haciéndonos la mejor Umma.
Hermanos en el Islam y el Imán, felicitaciones a vosotros por el Aid, nuestra fiesta, y así como cada pueblo tiene sus fiestas, el Aid Al Fitr es la fiesta de la gente del Islam.
Allahu Akbar, Allahu Akbar, la ila ila Allah, Allahu Akbar, Allahu Akbar, Gracias a Dios.
Habéis salido todos, hombres, mujeres, mayores, jóvenes, grandes y pequeños en el Día de la Recompensa, y anunciamos con sinceridad que esta Umma no se ha muerto ni debe morir, y en sus manos tiene el secreto de su fuerza y de sus glorias, que es el libro de Dios, el Sagrado Corán, y la Sunna de su Profeta Mohammed, s.w.s.
Ya ha finalizado el bendito mes de Ramadán: Se os ha ordenado ayunar y lo habéis hecho, se os ha ordenado rezar y lo habéis hecho, se os ha ordenado ser generosos y dar limosna a los más necesitados, cumpliendo el mandato de Dios y de su Profeta, y lo habéis hecho.
Hermanos y hermanas musulmanes, tenéis que practicar todos los actos de adoración y obediencia a Dios hasta el último momento de vuestra vida.
Así señala Dios en su libro: "Y adora a Dios hasta que te llegue la muerte".
Ten cuidado para no caer en el pecado, ya que su efecto es desastroso para el individuo y para la sociedad, y es la causa de perder esta Vida y la Otra, así como el gran causante de la desgracia y el sufrimiento.
Aferrarse a la religión de Dios es un requisito obligatorio para todo musulmán que quiera salvarse, ya que vivimos en un mundo rodeados de tentaciones: Del dinero, del orgullo, de relaciones ilícitas con el otro sexo, etc.
Para salir de todas estas tentaciones, debemos aferrarnos con fuerza al hilo de Dios, y seguir el camino recto. Hay que saber que esta es la gran misión y la función principal para la que nos ha creado Dios, su gran objetivo es guiar a todas las personas hacia el bien. Así, el mensaje del Islam es un mensaje de paz y misericordia que busca el bien para todas las personas.
Los medios de que disponemos para cumplir firmemente los mandatos de nuestra religión son:
1.- El Corán, leerlo y practicarlo, cumplir sus órdenes y no traspasar los límites ni prohibiciones que impone.
2.- Cumplir la Sunna del Profeta, s.w.s., e imitarla.
3.- Estudiar la biografía de los profetas y mensajeros de Dios, y de los seguidores del Profeta, s.w.s. y aprender de sus historias y vivencias.
4.- El Duaa, que es el núcleo de la Adoración a Dios.
5.- Recordar la muerte.
6.- Buscar la buena compañía rodeándose de hermanos y hermanas musulmanas.
Tenemos que conocer el valor de nuestra religión y de nuestro Profeta, s.w.s. para cumplir del deber de hacer dawa y así, propagar el mensaje de Dios de la mejor de las maneras posibles. La gente ha escuchado hablar de nosotros, pero no nos ha escuchado a nosotros hablándole directamente.
Además, ten en cuenta que debes tratar bien a tus compañeros de trabajo, de estudios, convivir educada y correctamente con tus vecinos.
Dijo Dios: "Dile a la gente el bien".
Y con ello se refiere a toda la gente, sin hacer distinciones de color, raza, origen, o fe.
Es también necesario tener cuidado en las relaciones con nuestros familiares, esforzarnos por no romper estos lazos, así como con toda la gente cercana, y hay que saber que con ello, obtendremos recompensa y baraka en nuestros bienes y en nuestra vida, como dijo el Profeta, s.w.s.
Somos responsables de nuestra religión, y debemos preocuparnos en aprenderla y enseñarla, como muestra de Adoración correcta a Dios.
Así, también somos responsables de nuestras familias, hijos y parejas, y en el Día del Juicio Dios nos preguntará y juzgará por ello.
Es obligación nuestra que enseñemos el salat a nuestros hijos, les tratemos bien, con amor, tanto a ellos como a nuestras parejas, e imitemos al Profeta s.w.s. que dijo: "El mejor de vosotros es aquel que mejor trata a su mujer, y yo soy el mejor de vosotros".
No debemos en este Día tan especial, hacer duaa por nuestros hermanos que sufren por todo el mundo, y pedir a Dios que les ayude a salir del mal que están sufriendo.
Hermanos, cuidémonos del mal de la desunión, del odio, de la envidia, que causan la debilidad.
Dice una aya del Corán: "Aferraos a Dios y no os dividáis".
Para terminar, recomiendo que os saludéis entre vosotros y no os fijéis en los errores de vuestros hermanos, pasadlos por alto, perdonadlos y disculpaos con los otros. ¿Acaso no queréis que Dios os perdone a vosotros?
Gracias a Dios.
Amin